El seguro decenal para el autopromotor

30 septiembre, 2013 por Sergio Dejar una respuesta »

Desde el año 2000 es obligatorio contratar un seguro decenal para que, si tenemos un problema en nuestra casa, una compañía aseguradora se encargue de su reparación. Es, por tanto, un seguro de construcción, similar al que todos tenemos en nuestros hogares, pero que en este caso se ocupa no de solventar una gotera, la rotura de una mesa o un cristal, si no reparar la estructura de nuestra casa si ésta tiene problemas.

Es cierto que no es obligatorio para los que se hacen su propia casa, los auto-promotores. Está más pensado para aquellos que compran su casa a una inmobiliaria o constructora.  Sin embargo, y para que sirva de referencia a otras personas, trataré de explicar por qué conviene tenerlo.

De todos es conocido el dicho de que las cosas tienden a no caerse. Sin embargo, desde la experiencia, puede asegurarse que en construcción muchas veces antes de caerse las casas: se agrietan, se deforman, se arruinan, etc. Estos problemas, que día a día vemos los peritos en la materia, no son tan inusuales como podríamos creer. Muchos estudios indican que la siniestralidad en construcción es reducida, por debajo del 1% de las viviendas construidas parecen tener problemas estructurales. Pero, sin embargo, es conveniente analizar esta información no solo desde el punto de vista cuantitativo si no también desde el punto de vista cualitativo del usuario final.

El primero de ellos, el aspecto cualitativo, es el que cualquier actuario de seguros tiene en cuenta para calcular una tasa correcta. De igual modo que se calcula la tasa de seguro de incendios para un edificio basándose en su tipología, antiguedad, siniestralidad estadística…etc; nuestro actuario calculará la tasa correcta para un seguro decenal de daños, como un seguro de construcción más, basándose en el tipo de construcción, siniestralidad, valor de reparación y, en este caso particular, la vigencia en el tiempo de dicho seguro, diez años.  Además, necesitará de un experto en la materia que normalice el riesgo, este es el papel de los Organismos de Control Técnico (OCT) o las Entidades de Control de Calidad (ECC) que, como expertos en este tipo de riesgos, nos darán una clasificación del riesgo a asegurar y permitirán ajustar éste a los estándares considerados por la entidad aseguradora. Estos Organismos de Control Técnico (OCT) o las Entidades de Control de Calidad (ECC), son independientes de la entidad aseguradora, si bien deben estar admitidos por ella como agentes independientes, tanto de la construcción como de la propia entidad. Son los garantes de que se haga una correcta valoración técnica para ambas partes, el asegurado y el asegurador; y a la postre minimizar el riesgo, ya que su intervención puede poner de manifiesto defectos de proyecto o de ejecución que pueden ser subsanados.

Pero hemos de fijarnos también en el aspecto cualitativo. Nuestra casa, una de las mayores, si no la mayor inversión de una familia, puede estar en riesgo de tener problemas serios. Problemas estructurales, cuyo solo nombre asusta. Este tipo de problemas no son fáciles de conocer y prever para cualquier persona no relacionada con el mundo de la construcción,e incluso para los que si trabajan en este campo (en casa del herrero…). La mayoría de los siniestros que se declaran, son derivados de una falta de adecuación entre la cimentación y el comportamiento del terreno. Sólo fijándonos en este aspecto nos damos cuenta de la dificultad de detectar a tiempo una posible fuente de problemas para un no experto. No hablaremos sobre el cálculo estructural, el dimensionamiento de vigas y pilares, los forjados, etc.

Así, como propietarios de una vivienda en la que hemos invertido, e invertiremos pagando nuestra hipoteca, nuestros ahorros y los de nuestra familia; podemos encontrarnos ante un serio problema, no sólo económico. Difícilmente conoceremos su origen, su desarrollo y mucho menos la forma de atajarlo. Necesitaremos contratar a expertos, que en el mejor de los casos harán un correcto dictamen del siniestro indicándonos como combatirlo,  para lo que necesitaremos un reparador (especialista en el caso), que posiblemente necesite poner nuestra casa “patas arriba” durante algún tiempo. Una auténtica pesadilla para alguien que debe dedicarse a su trabajo y su familia, y que puede demorarse años y años.

Esta problemática es especialmente significativa para el auto-promotor.  El legislador, que con la obligatoriedad de contratación del seguro decenal de daños pretendió acabar de una sola vez con los problemas derivados de la no-calidad en problemas tan graves como los estructurales en las viviendas, ha dejado al elemento más débil de la cadena, el auto-promotor, desprotegido.

Es el caso de los auto-promotores donde aparecen el mayor número de siniestros, debido a la falta de información y medios técnicos que puede contratar, y por qué no decirlo, donde se concentran los técnicos con menores medios y experiencia en el mercado. El coste de la no-calidad, es decir el no haber tenido un equipo técnico multidisciplinar, con gran experiencia, un Organismos de Control Técnico (OCT) o  Entidades de Control de Calidad (ECC) que valore y evite en su caso un serio problema en nuestra vivienda y un seguro de construcción especifico como el seguro decenal de daños nos dejará el problema a resolver a nosotros, haciendo de nuestro hogar la peor pesadilla. Y que en al caso de que tengamos un problema nuestra compañía aseguradora se encargue de todo, reparando o reponiendo nuestra casa.

Les recomiendo ver una película con la que todos reímos alguna tarde de domingo “Esta casa es una ruina”, que en clave de humor aborda la indefensión de un ciudadano cualquiera en este sector donde nosotros acostumbramos a vivir, el mundo de la construcción.

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